Esta es la última entrada de mi blog, pues ya acaba el cuatrimestre, lo que conlleva acabar con la asignatura de Tecnologías de la Información y la Comunicación Aplicadas a la Educación Social desde la cual estaba llevando a cabo este maravilloso blog. He de decir que he invertido muchas horas de trabajo en el blog, pero me ha gustado mucho poder hablar sobre asuntos sociales de interés, poder criticar temas actuales que hace que los derechos de muchas personas se vean vulnerados, poder hablar sobre determinadas culturas que me enamoran o sobre como cambia la sociedad en diferentes lugares sin dejar de lado el movimiento feminista, con el que me represento. El blog ha sido un escape en muchas ocasiones, pues he podido hablar con libertad, he incluso me he desahogado, hablando de mis ideales, valores con los que me identifico abiertamente. Debo agradecer a las personas que se han pasado por aquí a leer mis publicaciones, porque me he sentido muy a gusto expresando una parte de mí, las
Buenas tardes, hoy voy a criticar la violencia que sigue teniendo el colectivo LGTBI, la cual en numerosas ocasiones es respaldada por la justicia. Tras la reforma en 2005 del Código Civil para ampliar el derecho al matrimonio a toda la ciudadanía, lo que se ha dado en llamar Matrimonio Igualitario, se produjo un cambio radical tanto en lo que respecta a los derechos civiles del colectivo LGTBI como en lo que afecta a su igualdad social y real. Los cambios en cuanto a su visibilidad y a la aceptación social que han sucedido a este hito histórico son de una profundidad insospechada hace tan solo unos años. La discriminación y las violencias motivadas por prejuicios, los llamados delitos de odio se encuentran enormemente extendidos y normalizados en nuestra sociedad. Entre los motivos posibles al porcentaje tan bajo de denuncia se encuentran: - El miedo a hacerse visibles como personas LGTBI en su entorno. - La revictimización o temor a ser culpado de los hechos que se denuncian. - La fa